Sinsemilla 3: EL AGUA Y
LOS NUTRIENTES POR CANNABIS.
3.1.- EL AGUA DE RIEGO. La sinsemilla necesita un gran aporte de agua durante todo el proceso, sobre todo durante el crecimiento vegetativo. El agua utilizada en el riego deberá ser agua del grifo o agua corriente, no se debe utilizar agua embotellada para el consumo humano debido a su gran dureza y excesiva mineralización. Aunque no está demostrado que la clorina (que se encuentra en el agua del grifo) afecte negativamente al crecimiento de la marihuana, si que puede hacerlo un alto contenido de sal. No es mala idea dejar reposar el agua durante un día, cosa habitual en jardinería. El PH del agua debe ser neutro(ligeramente ácido). Podríamos establecer como límites aceptables un PH entre 6. 5 y 7. 2. (El PH tiene una escala de 1 a 12, siendo 7 el PH neutro, 1 el más ácido y 12 el más básico o alcalino). Es muy importante la medición periódica del PH del agua y del medio (mezcla un poco de medio con el agua y mide el PH de la solución), realmente un PH inadecuado puede alterar el buen desarrollo de las plantas. Existen varias formas de medir el PH: medidores electrónicos digitales, reactivos líquidos o el clásico papel tornasol. (No mide decimales). Un PH excesivamente ácido se puede corregir añadiendo cal hidratada o bicarbonato. Un PH excesivamente básico se corrige añadiendo ácido nítrico o simplemente vinagre o limón. La temperatura del agua de riego deberá oscilar entre los 21 grados centígrados, las plantas agradecen el agua tibia. La cantidad de agua depende de
varios factores: El tamaño del recipiente, una maceta
grande requerirá menos riegos que una pequeña. El tamaño de
la planta, las plantas grandes necesitan un gran aporte de agua.
A pesar de que cuando ``beben" lo hacen en
cantidades considerables(parte del agua se evapora por el calor
del ambiente), las plantas deben pasar cortos periodos ``secos"
entre riego y riego, sólo se dejará secar la primera capa de
medio. Si la superficie está mojada o
queda agua en la cubeta, no conviene dar un segundo riego. Las
plantas empalidecen y se acaban pudriendo si el riego es
excesivo, si por el contrario el riego es insuficiente se secarán
algunas hojas inferiores, si el agua no llega la planta
dejará caer sus hojas como si estuviese fatigada, puede ser un
momento critico si no se le suministra agua con rapidez.
Convendría disolver un poquito de jabón en el agua para
asegurar una mayor absorción, incluso pulverizarla con dicha
agua. Aunque se salve la planta perderá
muchas hojas que le hubieran permitido captar la energía
necesaria para un correcto desarrollo. Cualquier trauma o shock
que pueda recibir una planta le requerirá un tiempo hasta
volver a recobrar el vigor lo que retrasará el
proceso entero. Durante el desarrollo vegetativo de una planta.
Siempre se seca alguna hoja grande que otra de la parte
inferior, bien sea por una pequeña crisis de sed o por que el
crecimiento de las ramas superiores le impide
que reciba luz. Es desaconsejable pulverizar agua sobre las
plantas, a no ser que ocasionalmente se quieran limpiar, nunca
se debe pulverizar ni usar sprays de ningún tipo sobre plantas
en floración, tendría que ser un caso extremo. La marihuana se
debe regar alrededor del tallo directamente en la maceta, si es
posible con una regadera o un caño muy fino para no agujerear
el medio y destapar las raíces. Regar hasta que el agua drene
en la cubeta, o directamente en la misma cubeta si se usa
un sistema de succión por mecha o similar. En la actualidad existen sistemas
auto-riego muy eficaces y se comercializan para los riegos de
jardines en periodos vacacionales. Son muy prácticos pero
presentan el problema que el agua no reposa pues el programador
de riegos va conectado directamente al grifo. 3.2.- LOS NUTRIENTES POR SINSEMILLA. Las plantas para su crecimiento
necesitan el aporte de una larga lista de elementos
químicos para su desarrollo. Estos se dividen en tres grupos,
los elementos primarios, los secundarios y los oligoelementos o
microelementos. Los elementos primarios son el Nitrógeno (N), el Fósforo (P) y el Potasio (K). Siempre vienen enunciados por este orden <N-P-K>. Son los que las plantas consumen en mayor cantidad. Los secundarios son el Magnesio (Mg) y el Calcio (Ca), presentes en la dolomita. Los microelementos son consumidos en cantidades muy pequeñas y son los siguientes: Hierro (Fe), Azufre (S), Manganeso (Mn), Boro (B), Molibdeno (Mb), Zinc (Zn) y Cobre (Cu). El primero de los elementos
primarios es el Nitrógeno. Es el más importante, habilita a la
planta a crear las proteínas esenciales para crear nuevo tejido
e interviene en la producción de clorofila. Está
directamente relacionado con la altura, vigor y
crecimiento en general. Es vital sobretodo durante la fase de
crecimiento vegetativo en cantidades considerables y en menor
cantidad durante el principio de la floración. Algunos
plantadores cortan el suministro de nitrógeno durante las
últimas semanas de la floración, sostienen que aumenta la
producción de resina. Sin asegurar esto, si podemos decir que
el porcentaje de N en el fertilizante que se use en la fase de
floración debe ser el más bajo, o menor que el segundo
elemento, el fósforo. El Fósforo es el segundo de los
elementos primarios, y es vital para la fotosíntesis. Se
le relaciona con la producción de flores, resina y semillas (si
las hubiere). El necesita un gran aporte P
durante las fases de germinación, clonación y
sobretodo en la fase de floración. El tercero de ellos es el Potasio.
Se ve asociado en la creación y transporte de azúcar y almidón,
así como al aumento de clorofila en las hojas dando más verdor. Ayuda a regular las aperturas de las ``Stomata", unas diminutas glándulas situadas en el contorno de las hojas responsables de la transpiración de las plantas y otras funciones vitales. El potasio también es necesario para el buen desarrollo de las raíces y resistencia de la planta contra enfermedades y ataques de plagas. Este elemento es usado durante todo el ciclo. Los elementos secundarios Mg y Ca: El magnesio es el átomo central de la molécula de clorofila y es esencial en la absorción de la luz. También ayuda en la absorción de otros nutrientes, estabilizando el medio de ácidos o sales tóxicas que se puedan depositar. El Calcio es fundamental en la creación de nuevo tejido, por tanto necesario para un buen desarrollo. El mejor aporte de Mg y Ca es la dolomita, mezclada previamente en el medio y/o disuelta en el riego. Al ser de asimilación lenta, es difícil pasarse con la dosis, no parece que afecte el exceso de dolomita, quizás por su lenta absorción o por lo bien que mantiene el PH. La dosis aproximada, sería una taza de café por cada 8-10 litros de medio, y si viene en forma de polvillo fino se puede disolver una cucharada en 5 litros. La dolomita es muy recomendable, si no se dispone de ella se pueden usar sales de magnesio de las que venden en la farmacia y añadirlas en algunos riegos. Previene la clorosis (enfermedad de las plantas). De los oligoelementos o micronutrientes, el más importante es el hierro, este se administra en forma de quelatos y su carencia o su no-asimilación por un Ph inadecuado es la causante de la clorosis férrica, las hojas superiores y los brotes jóvenes amarillean siendo visibles los capilares de las hojas que permanecen verdes. Los fertilizantes cuando contienen micronutrientes lo especifican, si no fuera así, se deben administrar por separado. Los abonos y fertilizantes en
general, sean de origen químico (industrial) u orgánico
(natural), llevan marcados tres números indicando los
porcentajes de los tres elementos primarios por el siguiente
orden establecido: N-P-K, Nitrógeno, Fósforo y Potasio. Un ejemplo seria:
<15-30-15> 0 <2. 4-1. 7-1. 9>. En el primer ejemplo
los números son altos lo que indica que se deberá disolver
poca cantidad de producto para obtener la dosis justa. En el segundo ejemplo los elementos se encuentran más diluidos, por lo que la cantidad de producto a diluir será mayor en proporción al primer ejemplo. Lo que realmente interesa es la proporción de un elemento con respecto al otro, así vemos que la cantidad de nitrógeno es la mitad que la de fósforo en el primer ejemplo <15-30-15>, y mayor en el segundo <2. 4-1. 7-1. 9>. Los abonos para la fase de crecimiento deben tener un alto contenido en nitrógeno, o lo que es lo mismo un primer número mayor que el segundo. Suelen venir comercializados como abonos para planta verde. El tercer número, el potasio, siempre tiene que estar presente en una proporción considerable. Los aptos para floración llevan más fósforo que nitrógeno, o sea, un segundo número mayor que el primero. La dolomita aportará los
elementos secundarios y muchos abonos orgánicos llevan
oligoelelmentos, en caso contrario se pueden añadir quelatos a
la mezcla. Los abonos pueden ser de absorción
lenta o rápida, y vienen en distintas formas: solubles en el
agua de riego, mezclables en la tierra, de aplicación
superficial o de aplicación foliar mediante un pulverizador.
También existen bastoncillos que se
entierran y se consumen lentamente. En todos debe venir
especificado su contenido en nutrientes. Algunos cultivadores
usan un mismo fertilizante para todo el ciclo con igual número
de N, P y K, por ejem. <20-20-20>. Los que son solubles en agua son
de rápida absorción y las dosis recomendadas suelen superar
las aquí recomendadas. Dado que no hay nada más irremediable
que una sobrefertilización, es muy recomendable regar si es
preciso más a menudo con dosis muy diluidas (un tercio o un
cuarto de la dosis indicada), que hacerlo de manera más
concentrada y menos asiduo. En principio no se recomienda abonar
más de una vez a la semana. Recordemos que el exceso de abono
es irreversible y
la carencia de uno o más elementos se puede corregir. La mayoría
de los materiales orgánicos mencionados como parte de la mezcla
para el medio de plantación son abonos de lenta asimilación y
trabajar con ellos es aconsejable pues es difícil
sobrefertilizar. Suelen ser ricos en nitrógeno y serán un
primer soporte para la primera fase del crecimiento, con lo que
el primer abonado ya vendrá cuando las plantas tengan cierta
altura. Medios muy bien preparados con buena turba y humus de
lombriz aseguran un aporte que nos puede evitar abonar hasta
casi el final de la fase de crecimiento vegetativo. La última semana antes de
recoger, o incluso antes, se debe dejar de abonar para evitar
que los productos químicos que se hayan podido depositar
afecten al sabor de la maria. Se debe encontrar el fertilizante
adecuado al sistema empleado. Aquí recomendaremos los de lenta
absorción, pues son más seguros. Se pueden ir aplicando
labores superficiales de humus o turba durante todo el proceso,
con los sucesivos riegos irá penetrando en el medio. Cuanto más
pequeños sean los recipientes más rápido será preciso el
riego y el abonado y más riesgo de sobrefertilizar o de que la
planta pase sed. Un pequeño exceso de abono
provoca que se quemen las puntas de las hojas, adquiriendo
estas primero un verde muy intenso, para luego ir desmejorando y
prácticamente quemándose algunas de ellas parcial o totalmente.
Si la
sobrefertilización es severa, la planta entera se quemará,
curvándose las hojas hacia adentro. Una sobrefertilización
ligera puede remediarse en parte, aclarando la planta bajo un
grifo y dejando correr el agua que vaya drenando un buen rato. Seria una forma de lavar la tierra de las sales tóxicas que se forman al no poder ser absorbido el fertilizante allí acumulado. Los químicos son los más propensos a ello. De todas formas hace falta hacer
un diagnóstico para saber el porqué de el mal aspecto de
una planta, otras cosas como falta de aire o de luz, o alguna
plaga no fácil de detectar a simple vista pudieran ser la causa. 3.3.- PLAGAS Y CANNABIS. La mejor forma de prevenir desastres es mediante la higiene. Se deben seguir los siguientes consejos: ·No sacar plantas al exterior (balcones o jardines), si no es para hacerlo de forma definitiva. En ese caso no se hará de forma directa, deben aclimatarse poco a poco para que la luz solar no las queme. ·No aceptar plantas provenientes del exterior o de otros ``indoor" que no sean de absoluta confianza. Siempre que se vaya al campo o se haya estado en contacto con plantas de exterior o trabajando en jardines, uno debe cambiarse la ropa y lavarse las manos antes de acceder al montaje. ·Se deben evitar los excesos de calor y sequedad (+ de 32oC y - de 40% de humedad), dado que favorecen las plagas. ·Se deben examinar periódicamente las plantas para detectar la presencia de plagas o enfermedades. ·Evitar instalar el montaje en cobertizos de jardines o cerca de balcones que puedan traernos plagas del exterior. Cuanta más lejos de la naturaleza se encuentre ubicado el ``indoor", menos precauciones tendremos que tomar al respecto. ·Las principales plagas son: la
araña roja y la mosca blanca. También hay limacos (babosas),
orugas y pulgones, aunque no son comunes en interiores. Dichas
plagas atacan a todas las plantas y hay infinidad de productos
de venta en los ``gardens". Allí se puede
informar uno sobre su uso. Utilizar los destinados a productos
agrícolas respetando el margen de seguridad recomendado. Este
margen suele ser de veintiún días, por lo que es muy
desaconsejable usar esprays químicos en el
proceso de floración. Si las plantas afectadas son pocas, deben
ser retiradas del sistema y tratadas aparte. ·La araña roja, es un ácaro
diminuto del tamaño de un punto. Son de color rojo, marrón o
negro según la variedad. Viven en el envés de las hojas
llegando a formar colonias muy numerosas. Ponen sus huevos y
tejen sus telas entre las venas del envés de la hoja, a los
adultos se les puede encontrar también encima, dado que se
mueven aunque con lentitud. Succionan el jugo de la hoja dejando
una marca a modo de puntillo amarillento. Dichos puntillos en
las hojas son la evidencia de la presencia de araña roja o de
mosca blanca. Las arañas empiezan atacando las grandes hojas
inferiores, retira las hojas atacadas y mata los individuos
visibles con un algodón mojado en alcohol o con los dedos.
Seguidamente pulveriza la planta con agua, la humedad les
molesta, y luego aplica un spray tipo ``hogar y plantas",
siempre desde abajo, ladeando la maceta para que el spray llegue
al envés de las hojas. Repite la operación al cabo de una
semana. Las arañas pasarán de una planta a la otra, si las
plantas se tocan. ·La mosca blanca actúa de forma parecida a la araña, y las huellas que deja sobre las hojas, son similares. Estas vuelan formando una nube de puntillos blancos que vuelan al agitar la planta. Es más difícil de erradicar y más fácil de extenderse. ·Diversas especies de cannabis presentan resistencia frente a las plagas de araña roja y
mosca blanca, y parece que la plaga no puede con la planta, y no
llega a causar grandes estragos. A veces, algunas plantas se ven
atacadas y otras no. Los
insecticidas verdes que contienen piretrinas, ``hogar y plantas",
parecen actuar bien sin demasiado peligro para nuestra salud. Se
debe tener mucho cuidado con las hormigas, pues son las
portadoras de pulgones y otras plagas que usan como si de
ganado se tratase. Si la afección se produce al final del ciclo,
es mejor no tomar grandes medidas que puedan resultar
peores que el mal que pueda hacer ya la propia plaga. ·Las orugas se comen los brotes y los cogollos y se eliminan mediante una bacteria inofensiva para el hombre, que se suministra a través del riego y se encuentra en el mercado. Consulta al garden. ·Los hongos serán retirados con
un pincel como se ha explicado anteriormente. Si son numerosos y
atacan a las hojas, se pulverizará con fungicidas y se remediará
la excesiva humedad ambiente. A continuación daremos una
receta de un insecticida casero y ecológico de fatal olor, pero
de eficaces resultados: Vaciar el contenido de dos
paquetes de tabaco en un litro de agua, añadir un diente de ajo
y una cebolla (el diente de ajo y la cebolla son opcionales pero
aconsejables). Dejar la mezcla en un recipiente de vidrio
abierto al sol, durante un par de días. Transcurrido este
periodo, colar la mezcla y añadir una cucharada de jabón para
vajillas biodegradable. Pulverizar las plantas una vez a la
semana durante un mes. Al día siguiente de cada tres. Otra fórmula casera de mejor olor es la siguiente: Agua con un 5% de alcohol etílico (96), unas gotas de lejía biodegradable (10 x litro) y una cucharada por litro de jabón también biodegradable. Esta fórmula no debe ser usada sobre cogollos ya formados, pues el alcohol disuelve la resina mientras que el agua no. Si se siguen correctamente las normas básicas de higiene y prevención, es difícil que una plaga acceda a un ``indoor" bien ubicado.
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